En este punto, nos parece fundamental que los ciudadanos
impartan su derecho a participar y a contribuir para que la ciudad sea un
espacio de tolerancia y solidaridad donde se reflexionen sobre los malestares
que aquejan a la sociedad. Teniendo esto como punto de partida, será más
factible que los ciudadanos abran los ojos y caigan en la cuenta de que,
cuidando los espacios colectivos, cuidarán a su vez, el individual.
Esta ciudad
posee un gran componente cultural que merece ser potencializado. Permitiéndonos
y propiciando estos lugares en los que se puede acceder tanto a eventos como a
conversatorios se fortalece el sentido de ciudadanía. Es importante que como ciudadanos nos
expresemos: Debemos expresar nuestras inconformidades y también, expresar en lo
que nos sentimos conformes. Pensar en brindar espacios culturales a la primera
infancia, es también, pensar a largo plazo. Los niños son los que crecen, y los
que se forman bajo el brazo de los adultos, si queremos tener ciudadanos que
contribuyan al progreso de la ciudad, es vital fijarnos y tomarlos como
prioridad.
Por lo pronto todo parece estar a la expectativa. Aunque la
Personería propicie estos conversatorios, no significa que todo esté bien. Los
derechos de muchos ciudadanos se están vulnerando. El acomodamiento a la nueva
administración, se torna difícil en materia de espacios públicos, vendedores ambulantes,
entre otros. Pero aún es demasiado precipitado pensar en que todo en esta nueva
administración será malo, lo que si es urgente es generar conformidad entre los
ciudadanos.