El conflicto armado es algo que ocurre fuera de la ciudad de Bogotá pero que independientemente de eso, es posible ver que este afecta de manera directa e indirecta a la ciudad capitalina en donde no sólo se habla de algo reciente sino que estos efectos se vieron al momento en que los ciudadanos de Bogotá comenzaron a verse afectados por las diferentes actividades bélicas que se daban en las afueras, pero que aún así, eran adoptadas por los ciudadanos por motivo de seguridad. De esta manera es que la inseguridad y la violencia queda reflejada en un espacio que que no necesariamente está inmerso territorialmente en un conflicto armado. Con lo anterior es posible analizar que en Bogotá, la violencia no sólo ha sido generada por descontentos políticos o económicos sino que también se ha alimentado de situaciones externas que al día de hoy es posible verlas.
Es necesario tener en cuenta que esta influencia sobre Bogotá no es muy reciente, puesto que el conflicto es algo que ha venido tratándose por muchos años; lo que hace la diferencia es que durante los últimos años se ha abordado este problema desde diferentes aspectos que antes no eran tan relevantes dentro de los ámbitos sociales, en este caso sería el arte en general.
Lo anterior lleva a reseñar la noticia proporcionada por El Espectador, titulada ~La película hecha por los excombatientes de las Farc~, dirigida por Ricardo Coral, en donde es posible dar cuenta que la reintegración de algunos de los ex integrantes de las Farc, ha sido posible gracias al cine ya que es una oportunidad de que ellos realicen una introspección de lo que fue vivir en condiciones de guerra, pero así mismo, estas personas que estuvieron inmersas en esas dinámicas de conflicto, están dispuestas a una apertura hacia la sociedad. Exponer este tipo de muestras artísticas en las que se evidencia la otra versión de lo que es vivir en la guerra, es una forma de sensibilizar a las personas que no han vivido este tipo de situaciones.
Por otro lado, la noticia ‘El emprendimiento de los jóvenes de las Farc’ presentada por El Espectador, da cuenta de un cambio que, jóvenes reintegrados del fin de la guerra en Colombia, quieren para sus vidas. Respecto a lo ocurrido en el ámbito de la violencia han tomado la decisión de utilizar lo aprendido en el proceso del conflicto como la costurera, fabricación de zapatos y artesanías, creando una empresa llamada ‘’Guevara Kild’’, estos jóvenes pasaron de confeccionar camuflados para poder esconderse en la selva a vender manillas, estampados y ropa bajo la marca mencionada.
Estos jóvenes empresarios hacen parte del Espacio Territorial de Capacitación y Reincorporación de Vistahermosa (Meta), hasta el momento, son diez jóvenes los que se encuentran trabajando bajo esta marca, sin embargo, tienen como planes a futuro, contar con 50 integrantes y poder cubrir los 26 espacios que anteriormente eran las zonas veredales, puesto que, en las zonas rurales en las que estos jóvenes han trabajo, para que un campesino pueda adquirir una muda de ropa, se ve en la obligación de desplazarse hasta el centro poblacional más cercano, cosa que requiere de mucho tiempo, por esta razón, han decidido crear negocios como misceláneas, venta de accesorios, entre otros; esto con el fin de generar utilidades y beneficios en pro de la población.
Se puede ver que la co-creación colectiva se ha llevado a cabo con motivos de responder a necesidades, que en primera medida son difíciles de enfrentar por varios limitantes, como lo pueden ser la estigmatización social, la falta de garantías y el éxodo territorial, sin embargo es importante que entidades sobre las que pesa la responsabilidad de apoyar y tratar de solucionar estos aspectos, como el gobierno, destinen recursos y políticas de seguimiento a estas iniciativas que a través de la cooperación y el interés común han dado respuesta a esas necesidades por medio del trabajo artístico, que por otro lado dan herramientas para que hagan parte de la ciudadanía y ejerzan sus derechos y deberes como se estipula en las intenciones de reintegración por el gobierno.
Analizando todos los movimientos que va teniendo el Arte en la Cultura Bogotana es un inicio positivo a nivel de toda la población tanto juvenil como adulta en Colombia, ya que nos vemos involucrados de manera consciente e inconsciente ante la solidaridad por aquellas personas que fueron víctimas del conflicto armado y el reintegro de aquellos que fueron actores de ese conflicto, y tal es el caso que nos presenta la noticia de el Tiempo (2018), en la Cumbre Nacional del Arte por la Paz. La noticia expone las diferentes dificultades que existen debido a los largos conflictos y violencias que hay en nuestro País. El día 6 de septiembre grandes artistas se reunieron en Bogotá para dar un inicio al evento con el lema de “Creemos que este país necesita cambiar la cultura de guerra por la cultura de paz...”, explica Patricia Ariza, directora de la cumbre, que se inaugurará en el teatro Colón de Bogotá. Este nuevo comienzo en la historia de nuestro país hace que los habitantes de Bogotá y de otras regiones se alarmen para unirse y solidarizarse por esta causa, y que se sienta el impacto.
Desde un punto de vista más analítico podemos observar que las personas no quieren volver a ese panorama de la guerra y una de las maneras de poder salir de esta situación por un lado son las expresiones artísticas, no solo para hacer visible a la gente el cambio que está ocurriendo sino también para que los excombatientes puedan mantenerse con empleos que uno son de su agrado y otro que no vuelvan a incurrir en la violencia integrándose a otros actores armados a un vigentes, por su parte los medios buscan resaltar eso como una persona salida de la guerra puede desenvolverse en diferentes áreas como el cine o la empresa.
