BITÁCORA 10
Bogotá se encuentra en una encrucijada, los problemas de movilidad se
acrecientan y la ciudad no se pone de acuerdo el rumbo que debe tomar en
materia de recaudación de impuestos, desarrollo urbano, ni en diversos temas.
La guerra declarada entre el concejo de la ciudad y el alcalde de turno,
está provocando que la ciudad pierda tiempo valioso en tomar las decisiones
importantes que determinarán la solución de sus problemas presentes y futuros.
Las corrientes políticas que se enfrentan son muy opuestas, por un lado
el Alcalde Petro parece librar una batalla en solitario que le está impidiendo
gobernar con claridad, el poco respaldo que puede encontrar en el Polo
Democrático se está viendo minado con temas como la salida de Orlando
Santiesteban, que le restan fuerza al respaldo que se necesitaba para sacar
adelante las iniciativas pendientes y por el contrario le da mayor peso a la
fuerza liberal-conservadora que parece oponerse a cualquier proyecto de la
actual administración.
Los planes de densificación de la ciudad, con el nuevo proyecto de Plan
de Ordenamiento Territorial, que busca frenar el desarrollo de la ciudad en la
periferia, y concentrarla en zonas donde se cuente con sistemas de transporte
masivos como el Metro o el Trasmilenio, ha provocado una oposición muy fuerte
que tiene en vilo el destino de la ciudad, mientras que en las calles de la
ciudad la movilidad se hace inaceptable para la capital de un país, el mercado
de bienes raíces reacciona con burbujas de precios en algunos sectores como la
zona norte y los sectores de Usaquén y Teusaquillo.
Pero en los estratos donde hay una gran demanda de vivienda nueva, y hay
miles de familias buscando proyectos nuevos, en Bogotá la oferta no pasa de las
2500 unidades, estos fenómenos de oferta y demanda son bien conocidos por
afectar los precios, es decir que ante la poca oferta de vivienda nueva para
estas familias de estratos 1, 2 y 3, la poca oferta hace que los precios no se
sitúen en los niveles adecuados y se termine pagando más por una vivienda.
La falta de norte en estos temas de POT, ha ocasionado una subida de
precios en la tierra que ha hecho inviable el inicio de nuevos proyectos y
hasta ahora ningún constructor entiende cómo va a funcionar la asignación de
vivienda VIP o prioritaria dentro de los proyectos de otros estratos. Toda esta
incertidumbre, en torno a desarrollos viales, disponibilidad del acueducto en
algunas zonas, falta de tierra, ha provocado la paralización del desarrollo
urbano y económico de la ciudad que ve lentamente como pierde competitividad
frente a ciudades como Medellín o Barranquilla.
Esperemos que en los próximos meses, reine la sensatez en el gobierno
distrital y el concejo de la ciudad, para que se pongan de acuerdo en temas
fundamentales y saquen a la ciudad de la encrucijada en la que está que la
tiene paralizada y a sus habitantes con la incertidumbre de que la capital de
una de las economías más pujantes del mundo actualmente no está al nivel que se
espera.
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