A
pesar que en torno al sector de hacienda en Bogotá, han surgido varios tópicos
como la inversión en el sector de la salud mental para la clínica de Fray
Bartolomé de las casas, la red de abastecimiento de combustible en el Aeropuerto
El Dorado de Bogotá, la inversión cultural en teatros, la recuperación de
humedales, la ampliación de estaciones de Transmilenio, ampliaciones
vehiculares, las multas para buses del SITP, la recuperación de fondos para
acreedores del grupo Nula, la reducción de costos con el sistema de basuras y
la reducción porcentual del PIB aportado por Bogotá al país, consideramos que
la educación sigue siendo la coyuntura más importante esta semana.
Desde
el año 1999 en Bogotá nació el sistema de concesión educativo, este consiste en
asignar la administración de un colegio construido por el estado a una entidad
privada, que a su vez lo mantiene con recursos públicos, para que hagan parte
del servicio público de educación en Bogotá. En diciembre de este año, 17 de
los 25 colegios en concesión terminan su contrato y los niños beneficiados con
este proyecto no recibirán el servicio educativo que esperan.
La
renovación de estos contratos implica una inversión cercana a los $170 mil millones,
la cual fue negada por parte de la comisión de hacienda del concejo de Bogotá
el pasado 6 de septiembre.
Esto
implica un paso hacia atrás en el modelo de educación establecido en Bogotá y
entorpece los planes a futuro que contaban con una cantidad de estudiantes más
amplia, ya que con un retraso en la educación arrastra consigo un retraso en
todo el país y en la evolución de la ciudad, ya que los más afectados son los
estudiantes, tanto que incluso el presidente Juan Manuel Santos pidió explícitamente
que no se dejaran terminar estos contratos.