A lo largo del segundo semestre del año 2014,
expusimos y analizamos en este blog diferentes coyunturas relacionadas con
temas de hacienda, que si bien, siempre fueron comentadas desde esta óptica,
tuvieron sin embargo discusiones pertinentes a otros ámbitos temáticos. Si bien, podría inducir a ciertas paradojas
destacar un balance positivo o uno negativo para la Administración Distrital en
este segundo semestre del año, preferimos optar por la postura de contemplar de
manera crítica aspectos positivos en materia de hacienda durante este semestre
y otros que sin duda, dejan mucho que desear.
Tal como pudo observarse en los diversos temas que
tocamos este semestre sobre hacienda pública, este es un tema que no sólo
involucra asuntos de moneda, cifras y economía. En torno al tema de hacienda
pública podría decirse que se articulan la mayoría de proyectos (por no decir
todos) que se plantean y ejecutan para
la ciudad. En cada uno de ellos, existe la necesidad de pensar cómo se llevarán
a cabo y cuáles son los recursos que se disponen para ello. Así pues, el tema
de administración de los recursos públicos es de por sí el motor principal bajo
el cual se mueven diversas coyunturas en la ciudad. Un ejemplo reciente de
ello, nuestros lectores pueden encontrarlo en el caso de la movilidad en
Bogotá; en dicho asunto, muchas de las tensiones generadas se producen en torno
a los recursos y deficiencias que se tienen para la implementación de sistemas
de transporte, construcción de vías y planeación de la infraestructura vial para
la ciudad. Así pues, temas también como el de corrupción están estrictamente
relacionados con la administración de los recursos distritales… Es más, si
ampliamos el espectro del caso, sin incurrir en ninguna exageración, los
asuntos de hacienda pública infieren directamente sobre el bolsillo de cada uno
de los bogotanos.